¿Qué son los actos de denigración? ¿Dónde están regulados? ¿Cuáles son las consecuencias legales? Estas son algunas de las cuestiones que vamos a tratar en este artículo. La protección contra la competencia desleal es sumamente importante en el seno de una empresa u organización, debido a que la reputación de una empresa y, por ende, sus beneficios son sumamente volátiles.

¿Qué son los actos de denigración? 5 ejemplos

Los actos de denigración se refieren a la difusión de afirmaciones falsas e impertinentes sobre la actividad de un tercero con la intención de dañar su reputación en el mercado. A diferencia de otros tipos de competencia desleal, no es necesario demostrar la existencia de dolo o intencionalidad para la interposición de denuncias o sanciones. Estos actos son considerados una forma de competencia desleal y su regulación la podemos encontrar en el artículo 9 de la Ley de Competencia Desleal.

Por otra parte, en La Ley de Competencia Desleal se establece que las afirmaciones verdaderas no constituyen actos de denigración. Sin embargo, esta excepción, conocida como “exceptio veritatis”, debe respaldarse con pruebas presentadas por el demandado. Por lo tanto, las manifestaciones deben referirse a hechos verificables y demostrables como falsos.

También es importante tener en consideración cuando se trata de una afirmación falsa con el objetivo de dañar a una empresa y de cuando se trata tan solo de una opinión amparada en el derecho fundamental a la libertad de expresión que se reconoce en la Constitución Española. Esta excepción debe ser probada por el demandado.

La principal finalidad que tiene la protección frente a estos actos de denigración es proteger a empresas y consumidores respecto de afirmaciones falsas que solo buscan el mal hacía algunas empresas y organizaciones, muchas de las cuales son vertidas por empresas que están compitiendo por el mismo nicho de mercado.

Elementos subjetivos y objetivos

Los actos de denigración tienen tanto elementos subjetivos como objetivos, los cuales vamos a explicar ahora brevemente:

-Elementos subjetivos: pueden ser cometidos por cualquier persona, aunque lo normal es que quienes lo cometan se traten de personas relacionadas con otras empresas que se encuentren en competencia directa y que busquen que a ellos les vaya mal para así quedarse con un mayor poder en el mercado. No obstante, también es común que personas con las que se tenga una mala relación puedan buscar hacer daño sin obtener nada a cambio.

• Otro aspecto importante es que no es necesaria la intencionalidad o el dolo, pues este tipo de actos se pueden cometer por una persona que tan solo tenga una información o creencias erróneas, pero que afecten de forma negativa a la empresa a través de la opinión pública.

-Elementos objetivos: para que estas opiniones o informaciones sean consideradas como actos de denigración se tienen que cumplir 3 características muy importantes.

• Tienen que ser accesibles al público: es decir, cualquier persona puede ver que esa opinión se ha producido. Como poner una reseña en internet o hacer un artículo en un blog. Las opiniones que se vierten en grupos privados no se tienen en cuenta.
• Tienen que ser afirmaciones falsas y denigrantes: deben referirse a la actividad, prestaciones, establecimiento o relaciones comerciales de un tercero y ser de naturaleza falsa y con el fin de denigrar esas actividades llevadas a cabo por el tercero.
• Capacidad de desprestigiar: las afirmaciones deben de tener una capacidad real de crear un daño a la organización, aunque no se necesita que se vaya a producir un resultado concreto solo la capacidad de crear un daño a la empresa.

Consecuencias de los actos de denigración

Las principales consecuencias que podemos destacar en relación con los actos de denigración son las siguientes:

•  La cesación de estos, si así lo solicita el demandado.
• La posibilidad de que se publique la sentencia que declara los actos como denigratorios.
• Indemnización de posibles daños y perjuicios.
• Abstención de repetirlos en el futuro.

¿Por qué están prohibidos los actos de denigración?

Los actos de denigración están prohibidos principalmente por dos razones fundamentales: la protección de la libertad de competencia y la salvaguarda de los intereses colectivos del consumidor.

En primer lugar, el sistema económico se fundamenta en el principio de libertad de empresa y de competencia. Esto implica que las empresas deben poder competir en el mercado de manera justa y equitativa, sin recurrir a prácticas desleales que distorsionen la competencia.

Los actos de denigración, al difamar o desprestigiar a un competidor con el objetivo de obtener ventajas comerciales injustas, contravienen este principio básico. La Ley de Competencia Desleal se ha establecido precisamente para prevenir que prácticas comerciales que perjudican la libre concurrencia sean consideradas aceptables.

En segundo lugar, la protección del consumidor es otro pilar esencial en la prohibición de los actos de denigración. El consumidor, como parte más vulnerable en las relaciones de mercado, debe poder tomar decisiones informadas y libres sobre qué productos o servicios adquirir.

Los actos de denigración pueden confundir al consumidor y distorsionar su percepción sobre la calidad o reputación de un producto o servicio, lo que va en detrimento de sus intereses. Por lo tanto, prohibir los actos de denigración contribuye a garantizar que el consumidor pueda elegir entre una variedad de opciones de manera transparente y justa.

Jurisprudencia actual sobre los actos de denigración

El Tribunal Supremo define los actos denigratorios como la difusión intencionada de información falsa con el objetivo de intentar dañar la reputación comercial de un competidor. Según su Sentencia de 11 de julio de 2006, estos actos deben cumplir con ciertos criterios para ser considerados como actos denigrantes:

1. Perjudicar la reputación: la información difundida debe afectar negativamente la imagen o reputación de la empresa rival.
2. Ser falsa: la información difundida debe ser falsa o inexacta.
3. Ser irrelevante o impertinente: la información difundida debe ser relevante para el público o el mercado, pudiendo provocar daños empresariales a la empresa que los sufra.
4. Afectar a la competencia: los actos de denigración deben tener como objetivo perjudicar la competencia en el mercado.
5. Ser comunicados de manera pública: los actos denigratorios pueden ser comunicados a través de diversos medios como cartas, circulares, publicaciones en internet, etc.

Estos criterios han sido confirmados por varios tribunales a lo largo del tiempo. Además, el Tribunal Supremo ha establecido que estos requisitos deben cumplirse de manera acumulativa, es decir, todos deben estar presentes para que se considere que un acto es denigratorio. (Aquí puedes ampliar un poco la información).

5 Ejemplos de actos de denigración

Algunos posibles ejemplos de estos actos son los siguientes:

La campaña difamatoria de “Sabotex”:

La empresa “Sabotex” lanza una campaña publicitaria en la que afirma falsamente que el producto de su competidor directo, “CleanTech”, contiene ingredientes tóxicos que representan un riesgo para la salud. Esta difamación tiene como objetivo perjudicar la reputación de “CleanTech” en el mercado de productos de limpieza doméstica.

Los rumores maliciosos sobre “BellezaNatural”:

Empleados descontentos de la empresa “BellezaNatural” difunden rumores en las redes sociales sobre supuestas prácticas poco éticas en la fabricación de sus productos de cuidado de la piel. Estos rumores, aunque infundados, causan un daño significativo a la reputación de “BellezaNatural” y afectan su capacidad para competir en el mercado.

La carta anónima contra “TechPlus”:

Un competidor desconocido envía una carta anónima a los clientes de “TechPlus”, una empresa de servicios de tecnología, en la que se afirma falsamente que la empresa ha experimentado varios fallos de seguridad que comprometen la confidencialidad de los datos de sus clientes. Esta difamación tiene como objetivo desacreditar a “TechPlus” y atraer a sus clientes hacia el competidor anónimo.

El blog difamatorio contra “FoodMaster”:

Un bloguero desconocido publica una serie de artículos difamatorios sobre la cadena de restaurantes “FoodMaster”, acusándola falsamente de servir alimentos en mal estado y de tener prácticas poco higiénicas en sus cocinas. Estas publicaciones difamatorias dañan la reputación de “FoodMaster” y afectan su capacidad para atraer clientes.

La campaña de desprestigio de “HealthyBites”:

La empresa “FitEats” lanza una campaña publicitaria en la que difunde información falsa sobre su competidor directo, “HealthyBites”. En los anuncios, “FitEats” afirma que los productos de “HealthyBites” contienen altos niveles de grasas saturadas y azúcares añadidos, aunque esto es completamente falso. Esta estrategia tiene como objetivo dañar la reputación de “HealthyBites” y atraer clientes hacia “FitEats”.

Conclusiones

Como hemos ido comprobando, los actos de denigración pueden importantes consecuencias tanto para las empresas que los sufren como para las personas que denigran a empresas sin justificación y para tratar de empeorar sus expectativas empresariales y económicas.

Por ello, es muy importante tratar de prevenirlos con duras sanciones y responsabilidades para las personas que no respeten la libre competencia y cometan actos de competencia desleal que afecte al negocio de empresas.

Si alguna vez piensas poner una reseña negativa en internet de alguna empresa de comida o de lo que sea porque no te ha gustado piensa bien lo que vas a decir y que sea algo real o una opinión, para no tener problemas legales que podrías haber evitado leyendo este artículo.