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Infracciones Administrativas en España: Ejemplos y Claves

¡Hola a todos, futuros abogados y amantes del derecho! Hoy nos sumergimos en un tema esencial para comprender el derecho administrativo en España: las infracciones administrativas y su relevancia en el mundo jurídico.

¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando alguien incumple una norma gubernamental o municipal? ¡Estás en el lugar adecuado para descubrirlo!

En este artículo, desentrañaremos los conceptos clave detrás de las infracciones administrativas, exploraremos ejemplos concretos y entenderemos cómo estas situaciones pueden moldear tus futuras carreras en el campo legal.

Así que, ¡prepárate para sumergirte en el emocionante mundo de las infracciones administrativas en España! ¿Listos para explorar? ¡Vamos a ello!

Definición y regulación de las infracciones administrativas
¡Listo para sumergirnos en los conceptos más fundamentales del Derecho Administrativo Sancionador? ¡Vamos a ello!

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¿Cómo se define una infracción administrativa en España?

Pensemos en las infracciones administrativas como las primas hermanas de las infracciones penales, pero con un enfoque más enfocado en las normativas gubernamentales.

Estas infracciones son acciones u omisiones que contravienen las regulaciones establecidas por la administración pública. De hecho, el Tribunal Constitucional ha reconocido la relación entre el Derecho Administrativo Sancionador y el Penal. Así que, en esencia, una infracción administrativa se asemeja a una infracción penal, y la sanción a la pena.

¿A qué nos referimos con faltas y sanciones administrativas?

Ahora, aquí viene una parte clave: faltas y sanciones administrativas. Imagina que incumples una norma de tráfico, y te multan por ello. Esa multa es una sanción administrativa.

Se equipará a una pena en el ámbito penal, pero en lugar de juicio y sentencia, implica un proceso administrativo. ¡Asegúrate de tenerlo claro, porque es un punto fundamental!

¿Qué son las infracciones administrativas?

En el meollo de todo esto, tenemos las propias infracciones administrativas. ¿Qué las constituye? Pues bien, se trata de vulneraciones del ordenamiento jurídico que están definidas como tales por la ley. ¿Complicado? Un poco, pero piénsalo así: las infracciones se relacionan directamente con normas administrativas específicas que establecen ciertas conductas o deberes para los ciudadanos.

Marco legal y normativo que regula las infracciones administrativas

El contexto legal que abarca las infracciones administrativas se sustenta en la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público (LRJSP).

 Aunque no cuenta con una regulación completa y detallada del Derecho Administrativo Sancionador, la LRJSP establece principios fundamentales y directrices para el proceso. Además, se entrelaza con otras normativas y jurisprudencia derivada de asuntos penales.

La ley estable los principios esenciales que se comparte con el procedimiento penal, los principales son el principio de legalidad (artículo 25), Irretroactividad (artículo 26), tipicidad (artículo 27), responsabilidad (artículo 28), proporcionalidad (artículo 29), prescripción (artículo 30) y la non bis in idem( artículo 31).

De estos principios es esencial que sepas, que la infracción siempre tiene que estar conectada a una norma imperativa de carácter administrativo, y por ende es necesario la existencia de dicha norma

¿Estás siguiendo el hilo? No te preocupes, las infracciones administrativas pueden ser un terreno complicado, pero estamos aquí para allanar el camino.

Hemos abordado la definición de infracciones, cómo se relacionan con las sanciones, y cómo se enmarcan dentro de las leyes en vigor. Así que, queridos estudiantes de derecho, ¡ya estamos en camino para comprender mejor este intrigante mundo legal!

Procedimiento sancionador y consecuencias

¡Prepárate para descifrar los elementos esenciales de las infracciones administrativas y entender los derechos y responsabilidades involucrados!

¿Cuáles son los elementos de las infracciones?

Piensa en las infracciones administrativas como piezas de un rompecabezas legal.

El primer componente clave es la acción, que abarca toda actividad u omisión dirigida a lograr un resultado tipificado como infracción por el legislador. Aquí, la norma define el resultado que constituye una infracción.

Por ejemplo, imagina que hay una norma que establece que no se puede estacionar en una zona específica. Si decides estacionar allí, tu acción (u omisión de no respetar la norma) podría considerarse una infracción. Además, la norma legal debe describir de manera específica la conducta que se considerará infracción, reforzando el principio de legalidad y tipicidad.

Recuerda que el principio de tipicidad del artículo 27 señala

«Sólo constituyen infracciones administrativas las vulneraciones del ordenamiento jurídico previstas como tales infracciones por una Ley, sin perjuicio de lo dispuesto para la Administración Local en el Título XI de la Ley 7/1985, de 2 de abril.»

Derechos del presunto infractor durante el procedimiento

¡No te preocupes, cuando estás en el ojo de una infracción administrativa, tienes derechos! Imagina que te acusan de una infracción de tráfico.

Durante el proceso, tendrás derecho a saber de qué se te acusa, presentar pruebas en tu defensa y recibir una resolución justa y fundamentada. Este proceso equitativo asegura que tus derechos sean respetados mientras se investiga la presunta infracción.

Todo esto lo reconoció el TC en la STC 18/1981 donde se declaró que era necesario que las garantías sustanciales del articulo 25.1 y las procedimentales del 24.2 de nuestra carta magna estuvieran presentes en el ejercicio de la potestad sancionadora de la administración.

En resumen, en un procedimiento administrativo sancionador por cometer una infracción tienes que cumplirse el principio de legalidad, el de presunción de inocencia, el de defensa entre otros

¿Quiénes son sujetos responsables de las infracciones?

Aquí entra en juego una pregunta importante: ¿quiénes pueden ser responsables de las infracciones administrativas? La respuesta es tanto personas físicas como jurídicas (artículo 28.1 LRJSP).

Esto significa que no solo los individuos, sino también las empresas y organizaciones pueden ser considerados responsables. Ahora, ¿qué pasa con los menores de edad? Si bien las normas no lo mencionan específicamente, es seguro asumir que, al igual que en el ámbito penal, la responsabilidad administrativa comienza a partir de los 14 años, según la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, de Responsabilidad Penal de los Menores.

En el caso de personas jurídicas, la responsabilidad se atribuye directamente a la entidad, a diferencia del ámbito penal donde la responsabilidad se deriva a través de los representantes.

Esto no excluye la posibilidad de que las personas físicas involucradas en la acción de la entidad también puedan asumir responsabilidad civil consecuente con la infracción.

¡Eso es todo! Hemos explorado los elementos clave de las infracciones administrativas, los derechos que te protegen durante el procedimiento y quiénes pueden ser responsables de estas infracciones. ¿Preparados para profundizar más?

La prescripción de las infracciones

¡Desenmarañemos el misterio de la prescripción de las infracciones administrativas! Aquí te contamos cuándo prescriben y cómo se cuentan esos plazos.

¿Cuándo prescriben las infracciones?

La prescripción de las infracciones, similar a los delitos y faltas, sigue el camino del principio de seguridad jurídica. Según el artículo 30 de la LRJSP, las infracciones prescribirán de acuerdo con las normas que las regulen. Pero no te preocupes, incluso si no existe una norma específica, esta ley nos da una guía.

Las infracciones muy graves prescriben a los tres años, las graves a los dos años y las leves a los seis meses. Ahora, aquí está la trampa: si hay infracciones menos graves sin un plazo especial, debemos considerarlas equivalentes a las leves y aplicar el plazo de seis meses.

¿Desde cuándo se empiezan a contar estos plazos?

Asegúrate de entender el inicio de los plazos de prescripción. En términos generales, el plazo comienza desde el día en que la infracción se comete. Sin embargo, hay excepciones. Si hablamos de infracciones continuadas o permanentes, el plazo empieza a contar cuando finaliza la conducta infractora. Por ejemplo, si alguien comete una infracción leve el 2 de enero, esta prescribirá el 2 de julio.

¿Y qué pasa con las interrupciones? Aquí entra en juego la iniciación de un procedimiento administrativo de naturaleza sancionadora con conocimiento del presunto infractor.

Esto detiene la prescripción. Además, si el expediente sancionador se paraliza durante más de un mes por razones no imputables al infractor, el plazo de prescripción se reinicia una vez que transcurra ese mes.

Recuerda que estos conceptos están respaldados por la Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público, ¡una lectura que cualquier futuro abogado no querría perderse!

En concreto, en el artículo 30.2 se señala lo siguiente:

«El plazo de prescripción de las infracciones comenzará a contarse desde el día en que la infracción se hubiera cometido. En el caso de infracciones continuadas o permanentes, el plazo comenzará a correr desde que finalizó la conducta infractora.

Interrumpirá la prescripción la iniciación, con conocimiento del interesado, de un procedimiento administrativo de naturaleza sancionadora, reiniciándose el plazo de prescripción si el expediente sancionador estuviera paralizado durante más de un mes por causa no imputable al presunto responsable.»

 

En resumen, la prescripción de las infracciones administrativas es como un reloj en constante movimiento. Desde el momento en que ocurre la infracción hasta el inicio del proceso sancionador, todo está cronometrado. Así que, si alguna vez te encuentras en medio de una posible infracción, ten en cuenta el reloj que sigue corriendo.

Las sanciones, breve resumen.

¿Qué son las sanciones?

Al igual que con las infracciones, la LRJSP no nos regala una definición exacta de sanción. Sin embargo, el artículo 29 de esta ley menciona que las sanciones no pueden consistir en privación de libertad, siguiendo el mandato constitucional. A menudo, estas sanciones pueden tener un componente económico.

La esencia de una sanción radica en la imposición de un mal como resultado de cometer una infracción administrativa. Funcionan como un recordatorio disuasorio, tanto para el infractor como para el público en general, de que ciertas conductas no serán toleradas.

La línea entre las sanciones y otras medidas administrativas que causan inconvenientes a los ciudadanos puede ser difusa. Esto es particularmente cierto en los casos de recargos por incumplimientos en áreas tributarias.

Mientras que las sanciones siempre están vinculadas a una infracción y requieren un procedimiento, los recargos están más enfocados en el resarcimiento por incumplimientos.

Cuando los recargos exceden este propósito, se convierten en sanciones sin infracción ni procedimiento, violando los principios del Derecho Administrativo Sancionador. Tal como señala el artículo 25 de la LRJSP.

En algunos casos, las sanciones también pueden ir acompañadas de responsabilidad por daños y perjuicios. Esto se establece en el artículo 28 de la LRJSP, permitiendo la compatibilidad entre la sanción y la obligación de restituir la situación original, así como indemnizar por daños causados.

La Proporcionalidad de las Sanciones

El artículo 29 de la LRJSP trae consigo el concepto de proporcionalidad en las sanciones, un principio tomado del ámbito penal. Este principio implica que la sanción debe ser proporcionada a la infracción cometida.

El artículo establece “criterios de graduación” similares a circunstancias atenuantes o agravantes, al igual que en el Derecho Penal. Sin embargo, no determina si estos criterios actúan como atenuantes o agravantes, dejando esa decisión a la naturaleza de cada criterio.

Estos criterios de graduación incluyen la intencionalidad o reiteración, la naturaleza de los perjuicios causados y la reincidencia. La legislación sectorial puede añadir más criterios específicos aplicables a sanciones establecidas por esas normas.

¿Cuándo prescriben las sanciones?

La prescripción de las sanciones sigue el mismo patrón que las infracciones, regida por los plazos de tres, dos y un año para sanciones por infracciones muy graves, graves y leves, respectivamente.

Si una norma específica no establece un plazo de prescripción, estas categorías de sanciones se asimilan a las leves con un plazo de seis meses.

Los plazos empiezan a contar desde que la resolución sancionadora se vuelve firme y se interrumpen cuando el proceso de ejecución se paraliza durante más de un mes por razones ajenas al sancionado.

En Resumen, las sanciones administrativas tienen un propósito educativo y preventivo, a la vez que buscan restaurar el equilibrio infringido. La proporcionalidad juega un papel clave para asegurar que las sanciones se adapten a la gravedad de la infracción.

La prescripción pone un límite de tiempo en la acción sancionadora, evitando que el poder punitivo se prolongue indefinidamente. Recuerda que estas reglas están respaldadas por la Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público, una guía fundamental para el futuro abogado en formación.

Ejemplos de infracciones administrativas comunes

Para comprender mejor cómo funcionan las infracciones administrativas, veamos ejemplos concretos de situaciones comunes en las que se pueden aplicar.


Ejemplo 1: Infracción de Tráfico por Uso de Bluetooth mientras se Conduce

Imagina a Carlos, un conductor distraído, hablando por teléfono a través de sus auriculares Bluetooth mientras conduce en una carretera transitada. Esto se clasifica como una infracción grave según el artículo 76.f de la Ley de Tráfico. Las leyes de tráfico están diseñadas para garantizar la seguridad vial y minimizar riesgos.

Carlos podría enfrentar una multa de 500 €, tal como establece el artículo 80.1 de la misma ley. Esta sanción busca disuadir conductas peligrosas que pongan en peligro la vida de los conductores y peatones.


Ejemplo 2: Incumplimiento de Normativas Ambientales en una Empresa Minera

Imagina a EcoMinera, una empresa minera que no notifica a la autoridad competente sobre un posible daño ambiental causado por sus operaciones mineras. Esto constituye una infracción muy grave según el artículo 37.3.e) de la Ley 26/2007.

Las regulaciones ambientales están diseñadas para proteger el entorno y la salud pública. EcoMinera podría enfrentar una sanción de 1.500.000 €, conforme al artículo 38.1 a) de la misma ley. Además, la autoridad podría extinguir su autorización minera de acuerdo con el artículo 38.2. Estas sanciones buscan responsabilizar a las empresas por su impacto en el medio ambiente.


Ejemplo 3: Consumir Alcohol en la Vía Pública

Supongamos que un grupo de amigos, entre ellos Laura y Javier, decide beber alcohol en la calle en Madrid. Esta acción viola el artículo 55 de la Ley 5/2002 de la comunidad de Madrid. Las regulaciones municipales buscan mantener el orden y el respeto por el espacio público.

Como resultado, Laura y Javier son multados con 300 €, en línea con el artículo 59.1.a) de la misma ley. Además, se inicia un procedimiento sancionador regulado por el artículo 61. Este proceso asegura que se respeten los derechos de los involucrados y que se sigan las normas establecidas por la ley.


En Resumen, estos ejemplos ilustran cómo las infracciones administrativas abarcan diversos aspectos de la vida cotidiana.

Desde la seguridad vial hasta la protección ambiental y el respeto por el espacio público, las sanciones buscan mantener el orden, promover la seguridad y prevenir comportamientos perjudiciales.

Estos ejemplos reales nos recuerdan la importancia de cumplir con las regulaciones y cómo las consecuencias varían según la gravedad de la infracción y las leyes aplicables.

También nos recuerda que la potestad sancionadora está regida por los principios de legalidad, prescripción, responsabilidad y tipicidad.

Conclusión

En el transcurso de este artículo, hemos explorado de manera detallada el mundo de las infracciones administrativas en España, un aspecto crucial del sistema legal que regula comportamientos y conductas en diversas áreas de la vida cotidiana.

En primer lugar, destacamos que las infracciones administrativas están destinadas a sancionar conductas que van en contra de las normas y regulaciones establecidas en diversos ámbitos, desde el tráfico hasta la protección ambiental. Es importante recordar que, a diferencia de los delitos, las infracciones administrativas no conllevan privación de libertad para el responsable.

Un aspecto fundamental es que para que exista una infracción administrativa, la conducta debe estar expresamente descrita en una norma legal o reglamentaria. Esto garantiza la claridad y previsibilidad de las acciones sancionables. Las disposiciones reglamentarias pueden añadir especificaciones, pero no crear infracciones nuevas.

Además, la responsabilidad por la comisión de infracciones administrativas recae en tanto personas físicas como jurídicas. Esto resalta la importancia de que tanto individuos como empresas cumplan con las normativas establecidas.

Las infracciones y las sanciones están sujetas a un plazo de prescripción, en línea con el principio de seguridad jurídica. Este plazo varía según la gravedad de la infracción, con las infracciones muy graves prescribiendo a los 3 años, las graves a los 2 años y las leves a los 6 meses.

En el proceso de imposición de sanciones, el principio de proporcionalidad juega un papel crucial. Esto significa que las sanciones deben ser proporcionales a la gravedad de la infracción cometida. Además, las sanciones pueden conllevar la obligación de reponer la situación a su estado original y la indemnización por los daños causados.

Esperamos que con este articulo saques un diez en tu examen de administrativo.

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Autor

  • Daniel Garcia

    Jurista apasionado del Derecho Público y la Filosofía del Derecho, mi objetivo aquí es acercarte el derecho de forma sencilla y cotidiana

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