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Pacta Sunt Servanda【Conceptos & Ejemplos】

¿Qué sucede cuando las partes celebran un contrato? ¿Qué compromisos y responsabilidades adquieren? En el corazón de estas cuestiones se encuentra un principio fundamental en el mundo del derecho civil: el pacta sunt servanda. Este principio, aunque puede parecer un tanto abstracto, es esencial para el entendimiento y la estabilidad de las relaciones contractuales.

En este artículo, exploraremos el principio del pacta sunt servanda en el contexto del derecho civil español. Para ti que eres un futuro jurista comprender este principio es como desbloquear una puerta que da acceso a una miríada de contratos y acuerdos legales. Pero ¿en qué consiste realmente? ¿Cuál es su historia? ¿Cómo se aplica en la práctica? ¿Existen excepciones?

A medida que avanzamos, nos adentraremos en ejemplos prácticos que ilustrarán su aplicación en situaciones del mundo real. Imagina un contrato de alquiler, una compra de vivienda o un acuerdo comercial. En cada uno de estos escenarios, el principio del pacta sunt servanda desempeña un papel crucial.

Este artículo te brindará una base sólida sobre el pacta sunt servanda, lo que te permitirá apreciar su relevancia en el contexto legal y cómo afecta a la toma de decisiones en contratos y acuerdos. ¡Vamos a sumergirnos en el fascinante mundo del derecho civil español!

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Origen del principio

Para comprender el principio del pacta sunt servanda, debemos retroceder en el tiempo y adentrarnos en la Roma antigua. En este contexto histórico, encontramos los cimientos de este principio que rige gran parte del derecho contractual actual.

La obligatoriedad de los pactos en Roma tiene una evolución muy parecida con el propio derecho romano que es su origen. La fuerza de los acuerdos, las reglas precisas y la jurisprudencia meticulosa marcaron el camino hacia lo que hoy conocemos como pacta sunt servanda.

El principio se encuentra profundamente instalado en el ordenamiento jurídico romano. Las raíces del pacta sunt servanda se extienden por las vísceras de un sistema legal que, a lo largo de los siglos, fue gestando este concepto. Los romanos, maestros en la elaboración de reglas (regulae) y aforismos, contribuyeron significativamente a la creación de este principio que perdura hasta nuestros días.

La jurisprudencia romana, con su maestría en la interpretación y aplicación de las leyes, sentó las bases de un principio que se mantuvo vigente a lo largo de la historia legal. Desde los glosadores y posglosadores medievales hasta la pandectística alemana y el movimiento codificador, el pacta sunt servanda se ha transmitido a través de generaciones, arraigándose como un pilar fundamental del derecho civil.

Este trasfondo histórico nos permite apreciar la profundidad y la continuidad del principio. Con el paso de los siglos, el pacta sunt servanda ha demostrado ser un concepto esencial para el entendimiento y la estabilidad de las relaciones contractuales, no solo en el pasado, sino también en el presente.

A medida que exploramos su historia, descubriremos cómo se ha adaptado y evolucionado en el derecho civil español.

Pacta Sunt Servanda definición y conceptos

¿Qué significa exactamente el principio del pacta sunt servanda y cuál es su fundamento en el contexto del Derecho Civil? Acompáñame en un recorrido por los cimientos de esta regla fundamental que rige las relaciones contractuales.

Definición y Fundamento del Principio

El pacta sunt servanda, uno de los pilares del Derecho Civil en materia contractual, establece que un contrato obliga a las partes involucradas, y debe ser cumplido de manera puntual, sin excusas ni pretextos. La eficacia de este principio se fundamenta en el respeto a la voluntad de las partes contratantes, respaldada y protegida por la ley.

¿Y se encuentra en nuestro derecho positivo? La respuesta es que sí.

El Código Civil respalda esta obligatoriedad a través de varios preceptos:

Los contratos son vinculantes, y las obligaciones que surgen de ellos tienen la misma fuerza que las leyes entre las partes (Artículos 1091 y 1278 del Código Civil). Esto significa que, al igual que las leyes, los contratos establecen reglas que deben seguirse y respetarse.

La fuerza obligatoria de un contrato proviene de la voluntad de las partes, sancionada y amparada por la ley, no de un juramento religioso (Artículo 1260 del Código Civil).

Además, esta obligatoriedad se extiende a todas las secuelas que, aunque no se mencionen expresamente, se deriven de la esencia del contrato, de acuerdo con la buena fe, los usos y la ley (Artículo 1258 del Código Civil).

Como resultado de la obligatoriedad del contrato, no se permite que su validez o cumplimiento queden a discreción de una de las partes (Artículo 1256 del Código Civil).

Pero ¿en que se fundamenta? ¿Cuál es la base teórica? En lo que respecta al fundamento de esta obligatoriedad contractual, se han formulado diversas teorías:

  • Teoría del Voluntarismo Jurídico: Según esta teoría, la base del pacta sunt servanda se encuentra en la soberanía de la voluntad de las partes, quienes se han impuestos a ellos mismos restricciones voluntarias a su propia libertad.
  • Teoría de la Ética: La obligatoriedad se basa en una norma ética derivada de la buena fe, que impone la obligación de no defraudar la confianza creada por las promesas hechas, también conocida como el “deber de cumplir la palabra dada.”
  • Teoría Normativista: Considera que la obligatoriedad del contrato se basa en una norma jurídica positiva que reconoce el contrato como un hecho generador de derechos y obligaciones. Esta teoría es la que fue sostenida por Kelsen.
  • Teoría de la Personalidad y Autonomía Privada: Esta teoría reconoce el contrato como una manifestación de la actividad personal y concede a las personas un ámbito de autogobierno para regular sus propias situaciones jurídicas

Un Ejemplo para entenderlo

Para entenderlo mejor veamos un ejemplo:

Imaginemos a Juan y María, quienes acuerdan un contrato de arrendamiento para el alquiler de un apartamento. Según el principio del pacta sunt servanda, ambas partes están legalmente obligadas a cumplir con los términos acordados en el contrato.

Esto significa que Juan no puede decidir, sin justificación válida, aumentar el alquiler de manera significativa antes del vencimiento del contrato, y María no puede negarse a mantener la propiedad en buenas condiciones como se estableció en el contrato.

Este ejemplo sencillo ilustra cómo el pacta sunt servanda establece una base sólida para las expectativas y obligaciones contractuales. Las partes confían en que los términos del contrato se cumplirán, y el principio del pacta sunt servanda respalda esta confianza en el ámbito del Derecho Civil.

Excepciones

Hasta ahora, hemos explorado cómo el principio del pacta sunt servanda establece la obligación de cumplir los contratos de manera estricta.

No obstante, en el vasto mundo del Derecho, siempre existen excepciones y situaciones particulares que pueden justificar la revisión o modificación de un contrato.

Existen algunas excepciones que la ley, y el Código Civil en particular, establecen para casos particulares. A continuación, te presentamos las excepciones que se han establecido en el Código Civil:

  • Disolución del contrato de sociedad por voluntad de cualquiera de los socios (artículo 1700.4 CC).
  • Extinción del mandato por revocación o renuncia. Muerte o concurso del mandante o mandatario. Establecimiento al mandatario medidas de apoyo. Constitución en favor del mandante de la curatela representativa salvo lo dispuesto para los mandatos preventivos (artículo 1732 CC).
  • Revocación de la donación por superveniencia o supervivencia de hijos o por causa de ingratitud (artículos 644 y 648 CC).

Pero la doctrina también ha teorizado algunas excepciones que vamos a ver:

Cláusula Rebus Sic Stantibus

Una de las excepciones más conocidas es la cláusula rebus sic stantibus, un principio olvidado por mucho tiempo en la historia legal, que resurgió en tiempos recientes.

Esta cláusula establece que, si ocurre un cambio importante en el estado de hecho previsto al momento de la celebración del contrato, una de las partes puede solicitar la revisión o resolución del contrato si este se vuelve excesivamente oneroso debido a las nuevas circunstancias. Tenemos un artículo entero explicando la en profundidad y con ejemplos.

Riesgo imprevisible

La teoría del riesgo imprevisible es otra perspectiva que se basa en la imprevisibilidad de los acontecimientos y circunstancias. Según esta teoría, un contrato puede revisarse o resolverse si eventos posteriores, que eran imprevisibles en el momento de la celebración del contrato, hacen que su ejecución sea extremadamente onerosa o desfavorable para una de las partes.

Las condiciones para aplicar la doctrina del riesgo imprevisible incluyen:

  •  La imprevisibilidad de los eventos, que depende de las condiciones específicas de cada caso.
  • La existencia de dificultades extraordinarias que hacen que la prestación sea mucho más onerosa para el deudor.
  •  La falta de acción dolosa por parte de ninguna de las partes.
  • Que el contrato sea de tracto sucesivo o esté referido a un momento futuro con cierta duración.

Unos Ejemplo Prácticos

Consideremos un contrato de arrendamiento de un local comercial entre Carlos, el arrendatario, y Ana, la arrendadora. Según el contrato, el alquiler mensual se mantendría constante durante tres años. Sin embargo, debido a una crisis económica inesperada y una disminución significativa en la afluencia de clientes en la zona, el negocio de Carlos se vio gravemente afectado.

En este escenario, Carlos podría invocar la cláusula rebus sic stantibus y argumentar que la drástica disminución de su clientela y su situación financiera hacen que el contrato de arrendamiento sea excesivamente oneroso. Esto podría llevar a una renegociación de los términos del contrato, como una reducción temporal del alquiler.

Este ejemplo demuestra cómo, en circunstancias excepcionales y imprevisibles, el principio del pacta sunt servanda puede ceder a las necesidades de equidad y justicia contractual.

Ahora vamos a ver, otro ejemplo con el caso de riesgo imprevisible

Imaginemos a Laura, una joven emprendedora que decidió abrir su propio café en un local alquilado en el centro de una ciudad española. Firmó un contrato de arrendamiento con el propietario del edificio, Carlos, con la expectativa de que el negocio fuera rentable. El contrato estipulaba que el alquiler se mantendría fijo durante los próximos cinco años.

Los primeros años fueron buenos para Laura, y su cafetería prosperó. Sin embargo, nadie podría haber anticipado la pandemia de COVID-19 que estalló repentinamente en todo el mundo. Con la imposición de confinamientos y restricciones, el flujo de clientes de Laura se redujo drásticamente, y su negocio empezó a enfrentar dificultades financieras considerables.

Laura intentó renegociar los términos del contrato de arrendamiento con Carlos, pero él se mostró reacio a hacer cambios. Aquí es donde entra en juego la teoría del riesgo imprevisible.

Dado que la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias económicas eran eventos imprevisibles en el momento en que Laura firmó el contrato de arrendamiento, se podría aplicar la teoría del riesgo imprevisible. Laura podría argumentar que la ejecución del contrato se volvió extremadamente onerosa debido a estas circunstancias excepcionales y que ella no tenía control sobre la situación. Además, no hubo acción dolosa por parte de ninguna de las partes.

Bajo esta perspectiva, Laura podría buscar la revisión del contrato de arrendamiento o incluso su resolución debido a las dificultades económicas extremas que enfrenta como resultado de la pandemia.

Su aplicación al derecho internacional

El principio del pacta sunt servanda, que significa “los acuerdos deben ser respetados”, es también un pilar fundamental del Derecho Internacional. Establece que los tratados deben cumplirse de buena fe por todas las partes involucradas. Este principio es respaldado por la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969  y es considerado la base del sistema jurídico internacional.

A pesar de la regla general de cumplir los tratados, existen tres excepciones reconocidas en el Derecho Internacional:

1.       Imposibilidad Física: Esta excepción se aplica cuando las condiciones físicas hacen imposible el cumplimiento del tratado.

2.       Imposibilidad Moral o “Carga Excesiva”: Esta excepción entra en juego cuando el cumplimiento del tratado podría poner en peligro la existencia del Estado.

3.       Cláusula Rebus Sic Stantibus: Un tratado puede quedar sin efecto si ciertas circunstancias históricas o políticas permiten su denuncia.

Aplicación Práctica

Hemos explorado en detalle el principio del pacta sunt servanda y su relevancia en el ámbito legal y contractual. Ahora, adentrémonos en ejemplos concretos que ilustran cómo este principio se pone en práctica y cómo puede influir en diversas situaciones.

A través de estos ejemplos, veremos cómo el cumplimiento de los acuerdos se convierte en el pilar central, lo que demuestra la esencia de la teoría que hemos discutido hasta ahora.


Ejemplo 1: Compraventa entre Particulares

Imagina a Juan, un individuo que decide vender su automóvil a María. Ambos acuerdan los términos de la venta, firman el contrato y acuerdan que la entrega del vehículo se llevará a cabo en dos días.

Sin embargo, momentos después de firmar el contrato, Juan comienza a experimentar dudas y sentimentalismo hacia el automóvil. Siente un fuerte vínculo emocional con el vehículo y decide que ya no desea venderlo. María, por otro lado, está emocionada y lista para recibir el automóvil en dos días. Aquí es donde entra en juego el principio del pacta sunt servanda.

¿Por qué el Pacta Sunt Servanda es Esencial?

En este escenario, el principio del pacta sunt servanda es esencial porque establece que los contratos deben cumplirse de manera estricta. A pesar de los cambios de opinión de Juan, el contrato es un acuerdo vinculante, y María tiene derecho a recibir el automóvil según lo acordado.

Esto demuestra cómo el principio pacta sunt servanda proporciona seguridad y certeza en las transacciones comerciales, ya que garantiza que las partes cumplan sus obligaciones contractuales.


Ejemplo 2: Contrato de Transporte entre Particular y Empresa de Mudanzas

Supongamos que Laura, una particular, contrata los servicios de una empresa de mudanzas para trasladar sus pertenencias a su nuevo hogar. Ambas partes acuerdan un precio para el servicio.

Sin embargo, poco antes de la mudanza, la empresa de mudanzas alega que debido a un aumento en el precio de la gasolina, no puede cumplir el contrato al precio acordado. Laura argumenta que el aumento del precio de la gasolina no fue inesperado y que la empresa debe cumplir el contrato según lo pactado.

¿Por qué el Pacta Sunt Servanda es Esencial?

En este caso, el principio del pacta sunt servanda es esencial porque garantiza que las partes cumplan sus obligaciones contractuales. Aunque la empresa de mudanzas intenta invocar el rebuc sic standibus debido al aumento en el precio de la gasolina, Laura sostiene que este aumento no era imprevisible. Y como no es un aumento imposible de asumir por la empresa se debe de cumplir el contrato


Ejemplo 3: Tratado Internacional de Comercio entre Dos Estados

En el ámbito internacional, dos estados, A y B, han firmado un tratado de comercio. Sin embargo, después de un cambio de gobierno en el Estado A, la nueva administración intenta negar la validez del tratado argumentando que fue firmado por el gobierno anterior y que no están obligados a cumplirlo.

El Estado B, por su parte, argumenta que el principio pacta sunt servanda, respaldado por el artículo 26 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, establece que los tratados deben ser cumplidos de buena fe, independientemente de los cambios de gobierno.

¿Por qué el Pacta Sunt Servanda es Esencial?

En este ejemplo, el principio pacta sunt servanda es esencial en el Derecho Internacional, ya que asegura que los tratados sean vinculantes y se cumplan, incluso en situaciones donde se produce un cambio de gobierno.

 La estabilidad de los tratados y la preservación de la confianza entre los estados son fundamentales en el ámbito internacional. Este principio garantiza que los acuerdos sean respetados, lo que a su vez promueve las relaciones internacionales basadas en el respeto, la confianza y el cumplimiento de los compromisos.

En los tres ejemplos, el pacta sunt servanda demuestra su importancia al proporcionar un marco legal sólido que garantiza el cumplimiento de los contratos y tratados, lo que a su vez fomenta la confianza y la estabilidad en las relaciones comerciales y diplomáticas.


Conclusiones

En resumen, el pacta sunt servanda es un principio crucial en el ámbito del derecho civil y del derecho internacional. Este principio establece que los contratos deben ser cumplidos a rajatabla, sin excusas ni pretextos. Sin embargo, no estamos exentos de excepciones, como la imposibilidad física o moral y la famosa cláusula rebus sic stantibus.

En nuestra exploración, hemos destacado la importancia de este principio, tanto en contratos civiles como en tratados internacionales.

En última instancia, el pacta sunt servanda es un recordatorio de que, en el mundo legal, la palabra dada es sagrada y que, en la mayoría de los casos, debe cumplirse sin reservas. Este principio es la columna vertebral de la integridad contractual y esencial para el funcionamiento de la sociedad.

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Autor

  • Daniel García

    Jurista apasionado del Derecho Público y la Filosofía del Derecho, mi objetivo aquí es acercarte el derecho de forma sencilla y cotidiana. 

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