El principio de proporcionalidad: 3 ejemplos en derecho administrativo

¿Alguna vez te has preguntado cómo se asegura de que las decisiones administrativas sean justas y equitativas? En el mundo del derecho administrativo español, un principio fundamental llamado “Principio de Proporcionalidad” desempeña un papel crucial para garantizar que las acciones gubernamentales no sean excesivas ni insuficientes.

Para los futuros juristas, entender este principio es esencial, ya que se aplica en una amplia variedad de situaciones, desde sanciones administrativas hasta ejecuciones forzosas de actos administrativos.

La relevancia del Principio de Proporcionalidad radica en su capacidad para equilibrar el poder de la administración y proteger los derechos de los ciudadanos. ¿Pero qué es exactamente este principio y cómo se aplica en la práctica?

En este artículo, exploraremos en profundidad el Principio de Proporcionalidad en el derecho administrativo español. Te guiaremos a través de su origen, fundamentos legales y componentes esenciales. Además, te proporcionaremos ejemplos realistas que te ayudarán a comprender cómo se aplica este principio en situaciones concretas.

Prepárate para adentrarte en el mundo de la proporcionalidad en el derecho administrativo y descubrir su importancia en la protección de los derechos de los ciudadanos en España. ¡Comencemos este viaje juntos!

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Origen y Fundamento del Principio de Proporcionalidad

¿Te has preguntado de dónde proviene el principio de proporcionalidad y por qué es tan relevante en el Derecho Administrativo Español? Vamos a explorar su origen histórico y su fundamentación legal para comprender su importancia constitucional.

Origen Histórico:

El principio de proporcionalidad tuvo sus inicios en el ámbito del Derecho Penal, donde se aplicaba para determinar la proporción entre la pena y la culpabilidad del sujeto. En este contexto, se consideraba que solo una pena proporcionada era justa.

También se encuentra en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que establecía que la ley no debía imponer penas que no fueran estrictamente necesarias.

Sin embargo, su consolidación en el Derecho Administrativo se dio en el siglo XIX, con la concepción liberal del Estado y la función de policía de los poderes públicos.

Esto llevó a un fortalecimiento de la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos y al desarrollo del principio de proporcionalidad. Hoy en día está presente en la declaración de derechos humanos y otros textos internacionales

Fundamentación Legal y Constitucional:

El principio de proporcionalidad tiene un sólido fundamento legal en el Derecho Administrativo Español y una destacada importancia constitucional. Este principio está regulado en la Constitución Española en los artículos 103.1 y 106.1, que regulan el funcionamiento de la Administración y establecen que la actuación administrativa debe ser proporcional y ajustarse a los fines que justifican su intervención.

Además, aparece en el artículo 28 de la LRJSP que señala en el 3º párrafo que las sanciones deben de regirse mediante el principio de proporcionalidad, también delimita las técnicas para llegar dicha proporcionalidad. Y al final se establece que toda infracción dineraria no debe de más beneficiosa que el cumplimiento de la norma infringida.

Componentes del Principio de Proporcionalidad

Has aprendido sobre la importancia del principio de proporcionalidad en el Derecho Administrativo Español. Ahora, profundicemos en sus componentes esenciales: la necesidad, la idoneidad y la proporcionalidad en sentido estricto.

Necesidad:

La necesidad es un pilar clave del principio de proporcionalidad. Esto significa que cualquier medida que la Administración tome debe ser necesaria para alcanzar el objetivo legítimo que justifica su aplicación.

No se deben aplicar medidas excesivas o innecesarias que puedan infringir los derechos de los ciudadanos. Si una medida es necesaria, es la más adecuada para resolver el problema en cuestión.

Idoneidad:

La idoneidad se refiere a la capacidad de una medida para lograr lo que se pretende. La medida debe ser efectiva y apropiada para solucionar el problema en cuestión.

En otras palabras, no se deben aplicar medidas que sean ineficaces o inapropiadas. Debe existir una igualdad entre la medida y el objetivo en sí, evitando medidas que sean desproporcionadas.

Proporcionalidad en Sentido Estricto:

La proporcionalidad en sentido estricto es la tercera piedra angular de este principio. Implica un juicio de valoración por parte de la autoridad o el juez que impone la pena o medida.

Se trata de la ponderación entre la parte obligatoria de la sanción y el fin que se persigue desde la perspectiva del derecho fundamental y el bien jurídico que ha limitado su ejercicio.

En otras palabras, la medida debe ser proporcional a la gravedad de la infracción o la falta.

El juez o legislador debe considerar si la medida impuesta es adecuada y justificada en relación con el acto cometido. Se trata de evitar que se impongan sanciones desproporcionadas o injustificadas a los ciudadanos. En el sentido de que puede ser necesaria e idónea, pero hay otras medidas que harían lo mismo menos gravosas.

Ejemplo Realista: Pandemia de Enfermedad Rara y Cuarentena:

Imaginemos un ejemplo en el que se declara una cuarentena para Luis un vecino de un pueblo que está afectada por una enfermedad rara altamente contagiosa. La necesidad de contener la propagación de la enfermedad es innegable. La medida, en este caso, sería necesaria y adecuada. Y sería proporcional porque es la única medida que tienen que logre estos objetivos.

Si nos fijamos en los tres elementos dichos anteriormente de forma detenida, desde la necesidad se ve claramente pues ante una enfermedad contagiosa es necesario controlar su propagación, desde el punto de vista idóneo se cumple perfectamente pues una cuarentena permite controlar efectivamente idonea y por último es proporcional estrictamente debido a que  si se pondera la salud pública y la limitación temporal a la libertad pesa más lo primero.

Sin embargo, si esta misma medida se aplicara a un Luis con una enfermedad menos grave y no contagiosa, sería innecesaria y desproporcionada.

El principio de proporcionalidad exige que se adapten las medidas al caso específico y a la gravedad de la situación.

Estos componentes del principio de proporcionalidad son esenciales para garantizar que las medidas tomadas por la Administración sean justas, efectivas y proporcionadas. Esto evita que se cometan injusticias y que los derechos de los ciudadanos sean respetados.

En los siguientes apartados, exploraremos cómo el principio de proporcionalidad se aplica en situaciones como las sanciones administrativas y la ejecución forzosa de actos administrativos Asi que no te despiste y sigue con nosotros.

El principio de proporcionalidad como se expresa en las sanciones administrativas.

En el ámbito del Derecho Administrativo Sancionador, el principio de proporcionalidad desempeña un papel crucial como un límite fundamental para la potestad sancionadora de la Administración.

Veamos cómo se manifiesta este principio y cómo su aplicación es esencial para garantizar la justicia en este contexto.

¿Cómo se expresa este principio en el derecho administrativo sancionador?

El principio de proporcionalidad en el derecho administrativo sancionador se manifiesta de varias maneras:

  • Prudencia en la tipificación de las infracciones: En primer lugar, sirve como un criterio de prudencia en la tipificación de las infracciones.

Esto implica que solo se deben calificar como infracciones aquellas que no puedan ser reprimidas de ninguna otra manera. Esto garantiza que las sanciones se reserven para conductas que verdaderamente lo merezcan.

  • Correspondencia entre gravedad y sanción: Por otro lado, el principio de proporcionalidad exige que exista una correspondencia entre la gravedad de los hechos constitutivos de la infracción y la sanción impuesta.

 En otras palabras, la sanción debe ser adecuada y justificada en relación con la infracción cometida. Esto evita que se apliquen sanciones excesivas o inadecuadas.

  • Graduación de la sanción: La sanción debe ser graduada según el grado de culpabilidad, la continuidad o persistencia de la conducta, la naturaleza de los perjuicios causados y la reincidencia.

Esto asegura que la sanción se ajuste a las circunstancias específicas de cada caso y evita tratos injustos.

  • Elección de la sanción menos perjudicial: La Administración debe seleccionar la sanción que ocasione el menor perjuicio.

Si existen varias sanciones aplicables a una infracción, se debe elegir la que sea menos restrictiva de las libertades individuales. Esto garantiza que se respeten los derechos de los ciudadanos en la medida de lo posible.

  • Ponderación entre la carga coactiva y el fin perseguido: Por último, la sanción debe adoptarse después de una ponderación entre la carga coactiva de la medida y el fin perseguido desde la perspectiva de los derechos fundamentales y el bien jurídico afectado. Esto asegura que la sanción sea proporcionada y justa.

Ejemplo: Multa que no cumple el principio de proporcionalidad

Para ilustrar este principio, consideremos un ejemplo. Imagina que María Elisa recibe una multa significativamente desproporcionada por estacionar su vehículo en un lugar donde no está permitido. La gravedad de la infracción, en este caso, no justifica la sanción impuesta que es de 12.000€

El principio de proporcionalidad habría exigido que la multa se graduara de manera adecuada, teniendo en cuenta factores como la duración del estacionamiento indebido y si el conductor tenía antecedentes de infracciones similares.

Una multa desproporcionada en este contexto sería contraria a este principio y podría ser impugnada.

Principio de proporcionalidad y ejecución forzosa de los actos administrativos

La ejecución forzosa de los actos administrativos es un aspecto fundamental en el ámbito del Derecho Administrativo, y, al igual que en otros aspectos, el principio de proporcionalidad juega un papel crucial. En este apartado, exploraremos cómo se expresa este principio en la ejecución forzosa y ofreceremos un ejemplo realista para ilustrar su aplicación.

¿Cómo se expresa el principio de proporcionalidad y de ejecución forzosa de los actos administrativos?

La ejecución forzosa de los actos administrativos es un poder que otorga a la Administración la capacidad de hacer cumplir sus decisiones y actos, incluso cuando los destinatarios se niegan a acatarlos.

Sin embargo, este poder no es ilimitado y debe ejercerse de manera proporcional y justa.

El artículo 100 de la LPAC, establece que la ejecución forzosa está sujeta al principio de proporcionalidad. Esto significa que la Administración, al elegir entre los diversos medios de ejecución forzosa disponibles, debe optar por el que sea más adecuado y menos restrictivo de las libertades individuales.

En otras palabras, la Administración no puede emplear medidas coercitivas excesivas o innecesarias en la ejecución forzosa de sus actos administrativos. Debe sopesar cuidadosamente cuál es la opción más proporcionada para lograr el cumplimiento de sus actos, considerando la gravedad de la situación y los derechos de los ciudadanos afectados.

Ejemplo realista de ejecución forzosa de ejecución subsidiaria

Para comprender mejor cómo opera el principio de proporcionalidad en la ejecución forzosa de los actos administrativos, consideremos un escenario realista.

Imaginemos a María, propietaria de un edificio en una zona urbana, que ha recibido un requerimiento de la Administración para llevar a cabo reparaciones urgentes en la estructura del edificio debido a problemas de seguridad.

María, por diversas razones, ha retrasado la realización de las reparaciones, y la Administración ha determinado que es necesario intervenir de manera inmediata para evitar riesgos para la comunidad. La Administración tiene varias opciones para llevar a cabo la ejecución forzosa:

  • Intervención directa: La Administración podría ingresar al edificio y realizar las reparaciones por sí misma, cobrando posteriormente los costos a María.
  • Ejecución subsidiaria: Otra opción es permitir que María realice las reparaciones por sí misma, pero con la supervisión y los estándares impuestos por la Administración. En este caso, la Administración podría intervenir si María no cumple con los requisitos necesarios.
  • Multas y sanciones: Además, la Administración podría imponer multas a María como medida coercitiva.

El principio de proporcionalidad exige que la Administración elija la opción más adecuada y menos restrictiva de las libertades individuales en este contexto.

 En este caso, optar por la ejecución subsidiaria podría ser la opción más proporcionada, ya que permite a María cumplir con las reparaciones por sí misma, manteniendo un equilibrio entre los intereses de la Administración y los derechos de María.

Este ejemplo ilustra cómo el principio de proporcionalidad se aplica en la ejecución forzosa de los actos administrativos, garantizando que la Administración actúe de manera justa y equitativa, protegiendo al mismo tiempo los derechos de los ciudadanos.

Continuemos explorando cómo este principio se manifiesta en diferentes aspectos del Derecho Administrativo Español.

Ejemplos de Aplicación del Principio de Proporcionalidad.

A continuación, presentaremos tres ejemplos de aplicación del principio de proporcionalidad en situaciones del ámbito del Derecho Administrativo.


Caso 1: Control de suciedad en una vivienda que afecta a la salubridad del vecindario

Imaginemos a Juan, un residente de un edificio de apartamentos en el centro de la ciudad. Sus vecinos han presentado quejas constantes debido a la acumulación de basura y suciedad en su vivienda, lo que afecta gravemente a la salubridad del vecindario. La Administración local decide intervenir y solicita una orden judicial para realizar una limpieza en la vivienda de Juan.

En este caso, la Administración actúa de manera proporcional al buscar una orden judicial, lo que garantiza que se respeten los derechos de Juan como propietario de la vivienda.

La acción se basa en la necesidad de mantener la salubridad del vecindario, y la proporcionalidad radica en obtener una orden legal antes de ingresar a la vivienda, siendo un ejemplo de intervención directa del articulo 100 de la LPAC.


Caso 2: Sanción administrativa por incumplimiento de normativas

María es propietaria de un restaurante que ha recibido múltiples advertencias por no cumplir con las normativas de seguridad e higiene. La Administración decide imponer una sanción administrativa a María por incumplimiento reiterado de las regulaciones.

En este caso, la Administración busca imponer una sanción proporcional a la gravedad del incumplimiento. La proporcionalidad se manifiesta en la relación entre la sanción y la infracción cometida,

La sanción tiene como objetivo disuadir a María de seguir incumpliendo las normativas sin ser excesivamente punitiva.

Por ello es necesaria, debido a que se tiene como objetivo la salubridad, es idónea porque una multa puede lograr el objetivo y proporcional en sentido estricto debido a que en una ponderación la cantidad a pagar no es excesiva ni atenta contra derechos fundamentales.


Caso 3: Alimentación forzosa a los presos del GRAPO

El Tribunal Constitucional (Sentencia 120/1990), en una votación de 10 votos a 2, denegó en 1990, en un caso real el amparo a tres presos de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) que impugnaron una resolución judicial favorable a que fueron forzados a comer, los 3 presos se hicieron famosos en su día huelga de hambre. La mayoría del tribunal considera que la alimentación forzosa es proporcional y necesaria para preservar la vida humana.

En este caso, el principio de proporcionalidad se aplica de manera crucial. El tribunal considera que, aunque la alimentación forzosa limita la libertad y la integridad de los presos, esta limitación es justificada y proporcionada a la necesidad de preservar el bien de la vida humana.

La decisión se basa en criterios médicos y constitucionales y busca equilibrar el derecho a la vida con otros derechos fundamentales además de considerar que al ser presos están en una relación especial con la administración.

En todos estos ejemplos, el principio de proporcionalidad guía las decisiones de la Administración y del sistema judicial, garantizando que las medidas tomadas sean proporcionadas a los objetivos perseguidos y respeten los derechos fundamentales de los ciudadanos.

La proporcionalidad se convierte en un elemento clave para equilibrar la eficacia de la Administración con la protección de los derechos individuales, asegurando un sistema justo y equitativo en el ámbito del Derecho Administrativo.


Conclusiones

En resumen, el principio de proporcionalidad se manifiesta como un pilar fundamental en el Derecho Administrativo español, imponiendo ciertos requisitos a la Administración en su actuar. Estos requisitos son cruciales para garantizar que la acción administrativa sea justa, equitativa y respetuosa con los derechos de los ciudadanos.

En primer lugar, se exige que el contenido de la actuación administrativa sea adecuado para alcanzar los fines que la justifican. Esto significa que las medidas tomadas por la Administración deben estar en línea con los objetivos que persigue, evitando excesos o insuficiencias en su acción.

En segundo lugar, se requiere que la medida adoptada sea la necesaria y la menos restrictiva de todas las posibles para alcanzar el fin perseguido. En otras palabras, la Administración debe elegir la opción que cause la menor interferencia en los derechos individuales de los ciudadanos, siempre que sea suficiente para alcanzar su objetivo.

Por último, la medida debe ser adecuada y equilibrada, ya que debe generar más beneficios para el interés general que limitaciones de derechos individuales. Esto significa que la acción administrativa debe proporcionar un beneficio superior al perjuicio que pueda causar a los ciudadanos.

En consecuencia, el principio de proporcionalidad se convierte en un principio general del Derecho Administrativo, extendiendo su influencia a todas las actuaciones de la Administración.

La Administración no puede limitar su actuación únicamente al ejercicio de su potestad de policía, sino que debe considerar cuidadosamente la proporcionalidad en todas sus acciones. Este principio garantiza que la Administración actúe de manera justa, respetando los derechos de los ciudadanos y buscando un equilibrio adecuado entre sus intereses y los del interés general.

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Author

  • Daniel García

    Jurista apasionado del Derecho Público y la Filosofía del Derecho, mi objetivo aquí es acercarte el derecho de forma sencilla y cotidiana. 

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