¿Alguna vez te has preguntado qué son exactamente los reglamentos y cómo se clasifican en el ordenamiento jurídico español? En este artículo, exploraremos detalladamente los diferentes tipos de reglamento que existen, ofreciendo definiciones claras y ejemplos prácticos que te ayudarán a comprender mejor este tema fundamental en el estudio del derecho administrativo.
Nuestro objetivo es proporcionarte una visión completa y accesible de los distintos tipos de reglamentos, desde su definición básica hasta su clasificación según destinatarios, relación con la ley, jerarquía y efectos jurídicos o administrativos. A través de ejemplos realistas, pretendemos hacer más comprensible la aplicación de estos conceptos en situaciones concretas, ayudándote a consolidar tus conocimientos y desarrollar una comprensión más profunda de esta área del derecho.
¡Prepárate para sumergirte en el mundo de los reglamentos y descubrir cómo influyen en la vida cotidiana y en el funcionamiento de la administración pública en España!
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Indice de Contenidos
ToggleLos tipos de reglamento: ¿Qué es un reglamento? Breves notas
En el contexto jurídico español, un reglamento se define como una “disposición administrativa de carácter general y de rango inferior a la Ley”. Esta definición implica tres aspectos clave:
Primero, los reglamentos son normativas establecidas por la Administración. Segundo, tienen un carácter general, normalmente, lo que significa que son normas jurídicas aplicables a una amplia gama de situaciones y sujetos. Y tercero, los reglamentos tienen un rango subordinado a la Ley, lo que implica que deben estar en conformidad con esta última.
Los reglamentos se distinguen de los simples actos administrativos por varios caracteres específicos:
A) Se insertan en el ordenamiento jurídico, contribuyendo a su desarrollo y modificación.
B) Son inderogables de forma singular, lo que significa que no pueden ser modificados o derogados por actos administrativos de igual o superior rango.
C) Los reglamentos ilegales son nulos de pleno derecho, lo que implica su anulación sin límite temporal si contravienen disposiciones superiores.
D) Pueden desconocer y modificar derechos adquiridos por los particulares, lo que no sucede con los actos administrativos.
La potestad reglamentaria es la facultad de la Administración para dictar reglamentos. Esta potestad se justifica por la necesidad de complementar la labor legislativa, proporcionando normas detalladas y concretas que desarrollen disposiciones legales abstractas. Se habilita tanto de forma expresa como genérica, permitiendo a la Administración dictar reglamentos en el marco de sus competencias.
La Constitución Española, en su artículo 97, establece una habilitación genérica para la potestad reglamentaria, mientras que el ordenamiento jurídico en su conjunto respalda esta facultad.
Los 2 tipos de reglamento según sus destinatarios
En el ámbito de los destinatarios, los reglamentos se dividen en dos categorías principales: reglamentos generales y especiales.
A) Reglamentos generales:
Estos reglamentos se aplican a todos los ciudadanos, sin necesidad de especificar características particulares de los sujetos afectados. Sin embargo, en ciertas situaciones, queda a discreción de los individuos ubicarse dentro de las circunstancias que determinan la aplicación de los reglamentos. Un ejemplo de ello es el reglamento de carreteras, que afecta a todos los ciudadanos aunque solo impacta directamente a aquellos que utilizan las carreteras. Es importante destacar que estos reglamentos suelen abordar aspectos relacionados con la seguridad y el orden público.
B) Reglamentos especiales:
Estos reglamentos están dirigidos a personas que se encuentran en una posición de especial sujeción ante la Administración. En este caso, la Administración tiene mayores facultades reglamentarias en términos de limitaciones a la propiedad y la libertad, ya que los ciudadanos han optado voluntariamente por ingresar en esta relación de especial sujeción con la Administración. Un ejemplo claro son los reglamentos disciplinarios aplicados en instituciones como la Guardia Civil o el ejército, donde las normativas disciplinarias de la Administración se aplican de manera efectiva.
Ejemplo ficticio:
Un reglamento especial podría ser aquel que establece las normas de conducta y disciplina para los estudiantes de una academia militar. Este reglamento se aplica específicamente a aquellos que han optado por formar parte de la institución y están sujetos a un conjunto específico de normas y restricciones.
Los reglamentos generales y especiales cumplen roles distintos en la regulación de la conducta y las relaciones entre la Administración y los ciudadanos, reflejando la diversidad de situaciones y necesidades dentro de la sociedad. Siendo un modelo esencial de tipos de reglamento
Los 2 tipos de reglamento según su relación con la ley
En función de su relación con la ley, los tipos de reglamento se dividen en tres categorías principales: reglamentos ejecutivos e independientes o contralegem
A) Reglamentos ejecutivos:
Estos reglamentos se elaboran con el propósito de desarrollar las disposiciones establecidas en una norma legal específica, por lo que se les conoce como reglamentos ejecutivos o de desarrollo.
Su objetivo principal es concretar o detallar las disposiciones abstractas de la norma legal, completando así la regulación legal. Por lo general, estos reglamentos se aprueban en cumplimiento de un mandato expreso contenido en la ley que están destinados a desarrollar.
B) Reglamentos independientes:
En contraste, los reglamentos independientes no están directamente vinculados a una ley y regulan ámbitos distintos de los contemplados en las leyes. Operan de acuerdo con autorizaciones que permiten a la Administración aprobar reglamentos para regular sus propias competencias y responsabilidades.
A diferencia de los reglamentos ejecutivos, los independientes no complementan las disposiciones legales y suelen emplearse en el ámbito organizativo de la Administración o para regular situaciones de especial sujeción.
C)Reglamentos contra legem:
También conocidos como reglamentos de necesidad, se dictan en circunstancias excepcionales y de máxima urgencia, como catástrofes naturales o estados de excepción. Estos reglamentos contienen disposiciones contrarias a la propia ley o abordan materias que normalmente serían objeto de regulación exclusivamente legal.
¿La jerarquía y según sus efectos?
Los 3 tipos de reglamento según titularidad
En cuanto a sus titulares, los reglamentos se clasifican en cuatro tipos: estatales, autonómicos, locales e institucionales.
A) Reglamentos estatales:
Emitidos por los órganos de la Administración estatal.
B) Reglamentos autonómicos:
Proceden de las Comunidades Autónomas.
C) Reglamentos locales:
Provienen de la Administración local, ya sea del Pleno del Ayuntamiento o de la Diputación Provincial.
D) Reglamentos institucionales:
Emitidos por personas jurídico-públicas institucionales.
Los tipos de reglamento según jerarquía
En cuanto a su jerarquía, los reglamentos se ordenan en función del rango del órgano que los emite. Según el artículo 23.3 de la Ley de Gobierno, las disposiciones se ajustan a las siguientes normas de competencia y jerarquía: 1º. Las disposiciones aprobadas por Real Decreto del Presidente del Gobierno o del Consejo de Ministros. 2º. Disposiciones aprobadas por Orden Ministerial. Así, un reglamento aprobado por Real Decreto será superior a uno aprobado por Orden Ministerial, que deberá respetar las previsiones del primero.
En cuanto a los efectos, se distingue entre efectos jurídicos, que afectan a los derechos y deberes de los ciudadanos y suelen ser ejecutivos, y efectos administrativos, que se dictan y tienen efecto ad intra, es decir, dentro de su organización interna.
Ejemplos de tipos de reglamento
En esta sección, aplicaremos la teoría previamente discutida a situaciones reales mediante dos ejemplos detallados de reglamentos.
Veremos cómo se clasifican según su destinatario, su relación con la ley y sus efectos jurídicos o administrativos.
Ejemplo 1: Reglamento de Tráfico Urbano de la Ciudad de Madrid
En el contexto de la ciudad de Madrid, el Ayuntamiento ha promulgado un Reglamento de Tráfico Urbano para regular la circulación de vehículos y peatones en las calles. Este reglamento, emanado del órgano municipal, se clasifica como ejecutivo, ya que tiene como objetivo desarrollar las previsiones establecidas en la Ley de Tráfico y Seguridad Vial a nivel nacional. Por lo tanto, su función es concretar y detallar las disposiciones generales de la ley para aplicarse en el ámbito urbano de Madrid.
Este reglamento ejemplifica la categoría de reglamentos ejecutivos, ya que su propósito es desarrollar las disposiciones de una ley superior, en este caso, la Ley de Tráfico y Seguridad Vial.
Al ser de carácter ejecutivo, tiene efectos jurídicos sobre los derechos y deberes de los ciudadanos en materia de tráfico, estableciendo normas que deben ser cumplidas y sanciones en caso de incumplimiento.
Ejemplo 2: Reglamento de Subvenciones para el Fomento de la Agricultura en la Comunidad Autónoma de Valencia
La Consejería de Agricultura de la Comunidad Autónoma de Valencia ha emitido un reglamento para regular las subvenciones destinadas a impulsar la agricultura local. Este reglamento, específico de la región autónoma, se clasifica como independiente, ya que no se relaciona directamente con una ley estatal, sino que opera sobre las competencias y cometidos propios de la administración autonómica. Tiene efectos administrativos, ya que regula los procedimientos y requisitos para solicitar y otorgar subvenciones, sin alterar directamente los derechos y deberes establecidos por leyes superiores.
El ejemplo del Reglamento de Subvenciones en Valencia representa un reglamento independiente a nivel autonómico, ya que no deriva directamente de una ley estatal, sino que surge de las competencias propias del órgano administrativo
Conclusiones
En resumen, hemos explorado los tipos de reglamento según sus destinatarios, su relación con la ley y sus efectos jurídicos o administrativos. Hemos visto que los reglamentos pueden ser generales o especiales, ejecutivos o independientes, y que su jerarquía y efectos pueden variar según su contexto legal y administrativo.
Es fundamental comprender que los reglamentos son normas jurídicas que complementan y desarrollan disposiciones legales, regulando diversos aspectos de la vida cotidiana y la administración pública.
Recuerda a explorar más artículos en nuestro blog sobre temas relacionados con las normas jurídicas, los principios del derecho administrativo y el derecho en general. ¡Gracias por leer nuestro artículo y por tu interés en aprender más sobre este importante aspecto del ordenamiento jurídico!
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Jurista apasionado del Derecho Público y la Filosofía del Derecho, mi objetivo aquí es acercarte el derecho de forma sencilla y cotidiana.
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