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ToggleGuía para conocer el concurso de acreedores con 2 ejemplos
¿Quieres saber qué es el concurso de acreedores? ¿Te interesa conocer quiénes pueden declarase en concurso y cómo se puede declarar? ¿Existen distintos tipos de insolvencia? ¿Cuáles son las fases del concurso de acreedores y el orden de prelación de los créditos? Si has entrado a este artículo buscando respuesta a alguna de estas preguntas, ¡enhorabuena, estás en el lugar indicado!
Te doy la bienvenida a este post, donde encontrarás una guía para conocer el concurso de acreedores. Además, al final te proporcionaré un par de ejemplos prácticos para que puedas terminar de comprender el concepto. Presta mucha atención, ésta es una de las piedras angulares del Derecho Mercantil, pero es también uno de sus conceptos más farragosos y difíciles de comprender. Es por ello que voy a intentar explicártelo de la manera más amena y didáctica posible. ¡Verás como al terminar la lectura eres todo un experto!
Así que, después de esta breve introducción, prepárate y ponte en marcha porque… ¡comenzamos!
¿QUIERES ENTENDER EL CONCURSO DE ACREEDORES?
En Legal Prime, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre el concurso de acreedores: cómo funciona, quién puede solicitarlo y su importancia en situaciones de insolvencia. Con 2 ejemplos prácticos, te ayudamos a comprender este tema clave del Derecho Concursal. ¡Empieza gratis y avanza en tu aprendizaje hoy mismo!
¿Qué es el concurso de acreedores? Concepto y régimen jurídico
Concepto
Vamos a empezar, pues, con lo más importante, definir qué es el concurso de acreedores. Para ello, acudimos al Diccionario Panhispánico del Español Jurídico de la RAE, el cual lo precisa como el «procedimiento que persigue la satisfacción de los acreedores, sobre la base de la ‘par conditio creditorum’, pudiendo declararse a instancia del deudor o acreedores en aquellos supuestos en que el deudor, con independencia de su condición empresarial, lo sea frente a una pluralidad de acreedores y se encuentre en un estado de insolvencia actual o inminente».
Así, y como recapitulación de ésta definición, nos encontramos ante un procedimiento que busca la liquidación de las deudas de un particular o de una sociedad mercantil. El concurso de acreedores funciona bajo tres pilares fundamentales:
- Es un mecanismo de satisfacción de las deudas: Busca que todos los acreedores sean tratados equitativamente y que, una vez finalizado el procedimiento concursal, puedan ver reparadas sus deudas.
- Busca una solución de segunda oportunidad: Tratando de mantener la continuidad de la actividad económica, de tal manera que el impacto social sea el mínimo indispensable.
- Es una herramienta de protección social: Estableciendo un concreto orden de prelación de los créditos —como se verá más adelante—, que busca que los primeros en satisfacer su derecho de cobro sean la Administración Pública y los trabajadores.
Régimen jurídico
El régimen jurídico del concurso de acreedores se encuentra recogido en el Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley Concursal —TRLC—, el cual establece su completa regulación, desde la declaración, pasando por su procedimiento o los efectos, entre otros.
¿Quién puede declararse en concurso de acreedores?
Como regla general, aquellos que pueden declararse en concurso de acreedores pueden clasificarse en los siguientes grupos:
- Sociedades y entidades mercantiles: Como las Sociedades Anónimas —S.A.—; Sociedades de Responsabilidad Limitada —S.L.—; Sociedades Cooperativas —S.Coop.—; Sociedades Comanditarias —S.Com.—…
- Personas físicas: Con especial referencia a los empresarios individuales.
- Entidades sin personalidad jurídica: Como las Sociedades Civiles, las Comunidades de Bienes o las Herencias Yacentes.
¿Cómo y quién puede solicitar el concurso?
El concurso podrá ser solicitado tanto por el deudor —lo que se calificará como «concurso voluntario»—como por los acreedores —lo que se calificará como «concurso necesario»—. Además, en el caso de que se inste un concurso por una herencia, estarán legitimados para su solicitud los acreedores del deudor fallecido; sus herederos; así como el administrador de la herencia.
El concurso podrá solicitarse siempre que el deudor se encuentre en estado de insolvencia.
- Concurso voluntario: Al ser una medida proactiva para tratar de resolver la situación de manera ordenada, el deudor deberá probar su endeudamiento.
- Concurso necesario: Los acreedores deberán acreditar y fundamentar los hechos por los que consideran que el deudor se encuentra en situación de insolvencia. Podrán hacerlo a través de títulos ejecutivos o de apremio, probando la existencia de embargos, justificando el incumplimiento de las obligaciones tributarias, entre otros.
Tipos de insolvencia
La «insolvencia» puede definirse, grosso modo, como «la situación en la que una persona, física o jurídica, no tiene la capacidad económica de satisfacer sus obligaciones y deudas». Así, pueden distinguirse tres tipos generales de insolvencia —actual, inminente y probable—; y dos particulares —punible y culpable—.
- Insolvencia actual: Se regula en el artículo 2.3 TRLC, estableciendo que «se encuentra en estado de insolvencia actual el deudor que no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles».
- Insolvencia inminente: Aparece, también, en el artículo 2.3 TRLC, concretándose que «se encuentra en estado de insolvencia inminente el deudor que prevea que dentro de los tres meses siguientes no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones».
- Insolvencia probable: Esta situación se recoge en el artículo 584.2 TRLC, disponiendo que «se considera que existe probabilidad de insolvencia cuando sea objetivamente previsible que, de no alcanzarse un plan de reestructuración, el deudor no podrá cumplir regularmente sus obligaciones que venzan en los próximos dos años».
- Insolvencia punible: La insolvencia punible es un concepto que se extiende al Derecho Penal. Aparece en el artículo 259 del Código Penal, y es aquella situación en la que «el sujeto que está en una situación actual o inminente en la que el importe de sus obligaciones existentes supera el de los bienes y derechos realizables, y que lleva a cabo mediante determinadas acciones en perjuicio de sus acreedores».
- Insolvencia culpable: Es la situación que se da cuando la insolvencia ha sido inducida por una conducta dolosa o culpable del deudor.
Fases del concurso de acreedores
Una vez que ya conocemos las cuestiones básicas sobre el concurso de acreedores, es el momento de establecer cuáles son sus fases, y los pasos que han de seguirse en cada una de ellas:
- Inicio (plan de reestructuración): Es el paso previo a la declaración del concurso, en el que se intenta llegar a un acuerdo para que la sociedad pueda salir adelante con la conformación de un «plan de reestructuración» que ayude a poder hacer frente a las deudas y obligaciones.
- Actos previos (solicitud y declaración): En ésta segunda fase se solicita formalmente el concurso —por parte del deudor si el concurso es voluntario; o por el acreedor si es necesario—. Tras ello, el Juzgado de lo Mercantil competente declarará el concurso si considera que se cumplen los requisitos mediante un auto judicial.
- Fase común: Es la fase más importante y larga de todo el procedimiento concursal. En ella se examina la magnitud del concurso, estableciendo los límites a las actuaciones tanto de acreedores como de deudores. Se nombra al administrador concursal y se realiza tanto el inventario de los bienes y derechos, como la lista de acreedores.
- Fase de convenio o liquidación:
- Convenio: El deudor podrá presentar una propuesta de convenio que se someterá a votación por parte de los acreedores y en el que se incluye un plan de pagos. Los acreedores también pueden presentar sus propias propuestas. Si se llega a un acuerdo entre las partes, el convenio se convierte en vinculante para ellas.
- Liquidación: Se activa en el caso de que no se haya aprobado un convenio. En ella el administrador concursal elabora el plan de venta de los activos del deudor, que se distribuirán entre los acreedores según el orden de prelación de los créditos.
- Calificación del concurso: En esta última etapa se calificará el concurso. El resultado puede dar las siguientes dos situaciones:
- Concurso fortuito: La situación de insolvencia que ha dado lugar al procedimiento concursal se ha producido por una desafortunada situación, y no se aprecia culpabilidad en el deudor.
- Concurso culpable: El concurso se ha producido por el dolo o la culpabilidad del deudor. La calificación de concurso culpable puede acarrear la aplicación de las penas recogidas en el artículo 259 del Código Penal por haberse producido una situación del «insolvencia punible».
Orden de prelación de los créditos
Por último, y antes de pasar a los ejemplos prácticos, es importante que conozcas cuál es el orden de prelación de los créditos. Para ello, y por no alargar este post, te invito a que consultes este artículo donde te lo explicamos perfectamente.
Ejemplos prácticos
Ya casi hemos llegado al final. Sin embargo, te voy a proponer un par de ejemplos prácticos para que puedas terminar de comprender todo lo que rodea al concurso de acreedores.
Ejemplo de concurso voluntario: «Muebles Intxaurrondo»
Aitor es el dueño de la empresa “Muebles Intxaurrondo”. Debido a la crisis económica y la pérdida de un importante cliente, su empresa comenzó a acumular deudas significativas. Por ello, Aitor decidió solicitar voluntariamente el concurso de acreedores. Presentó la solicitud al juzgado competente, se declaró el concurso y se nombró a un administrador concursal.
En la fase común, el administrador elaboró el inventario detallado de los activos de la empresa y una lista completa de acreedores. En ese momento, Aitor presentó un convenio a sus acreedores, quienes lo aceptaron y, siguiendo el orden de prelación de los créditos, se satisficieron las deudas. Por último, el juez declaró concluido el concurso y “Muebles Intxaurrondo” se disolvió.
Ejemplo de concurso necesario: «Confitería Lacasada»
Paula era la propietaria de “Confitería Lacasada”, una conocida tienda de dulces. La llegada de nuevas competidoras y la subida de los costes de los ingredientes pusieron en apuros a la empresa, por lo que Paula no podía hacer frente a sus pagos. Uno de sus principales proveedores decidió solicitar el concurso de acreedores. Presentó la solicitud al juzgado, alegando que Paula estaba situación de insolvencia. Tras revisar las pruebas presentadas, el juez declaró el concurso y nombró a un administrador concursal.
A pesar de los esfuerzos del administrador y de Paula para llegar a un acuerdo de convenio, los acreedores no lo aceptaron. Ante esta situación, se inició la fase de liquidación, en la que el administrador concursal elaboró un plan para vender los activos, desde el equipo de cocina hasta el local comercial. Los fondos obtenidos se distribuyeron entre los acreedores según el orden de prelación de los créditos, y el juez declaró concluido el concurso. La empresa fue disuelta y Paula quedó inhabilitada para gestionar negocios.
Conclusiones
Hemos llegado al final, ¡enhorabuena! Te felicito por haber sobrevivido al arduo camino del concurso de acreedores, sobre los que ya eres todo un experto. En resumen, el concurso de acreedores es el procedimiento que persigue la satisfacción de los acreedores. Ya conoces todo sobre ellos: quién lo puede declarar, cómo se solicita, los tipos de insolvencia, y las fases del concurso. Por último, estoy seguro de que los dos ejemplos prácticos te han servido para afianzar el concepto.
Esperamos que este artículo haya te haya resultado útil y que hayas podido resolver todos tus interrogantes. Recuerda que en Derecho Virtual puedes resolver todas tus dudas jurídicas. ¡Te esperamos en próximos artículos!
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Doble Graduado en Derecho y ADE y Máster en Gobierno y Derecho Público. Opositor al CSACE. Entusiasta del Derecho Constitucional y Administrativo, pretendo transmitir el mundo jurídico desde una perspectiva didáctica y motivadora
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