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Imprudencia en el Derecho Penal: Responsabilidad, Tipos y Ejemplos Prácticos

imprudencia

Si has llegado hasta aquí probablemente sea porque seas estudiante de derecho, o te interese el derecho penal o simplemente que estes buscando información sobre la imprudencia.

Pues has llegado al lugar indicado, en este artículo, te explicaremos este tema y relevante, y te guiaremos a través de los conceptos clave para entender la imprudencia en un ámbito esencial como es derecho penal.

Como te puede suponer la imprudencia, en términos generales, se refiere a la ‘falta de cuidado o diligencia debida en la conducta de una persona’.

Pero en el contexto del derecho penal, la imprudencia adquiere un significado especial, ya que puede ser un factor determinante para establecer la responsabilidad penal de alguien que ha cometido un delito y sirve para diferenciar entre tipos de delitos con penas mayores o menores dependiendo de si hay dolo o imprudencia.

Pero ¿qué implica exactamente la imprudencia en este contexto? Al final de este articulo podrás responder a esa pregunta.

Es importante destacar que la imprudencia no solo tiene implicaciones penales, sino también civiles. Cuando una persona causa daños a otra debido a su imprudencia, puede surgir la responsabilidad civil y la obligación de reparar el daño causado.

A lo largo de este artículo, exploraremos ejemplos concretos de imprudencia en distintos contextos, como un conductor que causa un accidente por exceso de velocidad, un médico que comete errores durante una cirugía por falta de atención, o un empresario que no proporciona medidas de seguridad adecuadas en el lugar de trabajo.

En conclusión, la imprudencia desempeña un papel fundamental en el ámbito del derecho ¡Sigue leyendo para descubrirlo y dominarlo en un corto periodo de tiempo! ¿Estas listo? Pues empecemos.

¿Qué es la imprudencia en derecho penal?

Definición y concepto de imprudencia en el contexto penal

Como siempre os vamos a dar una primera definición sencilla. Cuando hablamos de la imprudencia en el ámbito del derecho penal, nos referimos a la infracción de un deber de cuidado que, por falta de previsión o inobservancia, resulta en un resultado dañoso protegido por la ley.

En términos más amplios, la imprudencia puede pensarse como una conducta humana que, debido a la falta de atención o previsión, produce un resultado perjudicial. Es importante tener en cuenta que la imprudencia se basa en la falta de cumplimiento de un deber objetivo de cuidado o diligencia establecido por una norma, ya sea escrita o no.

  • Por ejemplo, imagina que un día vas al bosque con tus amigos, os lo pasáis genial pero debido a eso mismo tenéis un olvido y no apagáis correctamente el fuego y se causa un incendio, pues eso es justamente una imprudencia.

En nuestro contexto jurídico, el legislador español no nos ha dado a una definición especifica de la imprudencia en el Código Penal. Sin embargo, el artículo 14 del Código Penal nos daría una pauta para entender este:

Según ese mismo artículo, ‘la infracción se castigará como imprudente cuando, considerando las circunstancias del hecho y las personales del autor, el error de tipo podría haberse evitado’. De esta manera, podemos llegar a la conclusión de que la imprudencia se trata en esencial de un tipo de error que sería evitable. Pero ¿es lo mismo dolo que imprudencia?

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Diferencias entre la imprudencia y otros elementos de culpabilidad

La respuesta a la pregunta anterior es que no; no es lo mismo dolo que imprudencia. Ni tan siquiera el dolo eventual es igual que la imprudencia. Por eso, es importante distinguir la imprudencia de otros elementos de culpabilidad en el derecho penal.

Mientras que la imprudencia se refiere a la falta de precaución o descuido en la conducta de una persona, la intencionalidad implica una voluntad deliberada de cometer un delito, el dolo implica un elemento de intencionalidad al menos mínima. La imprudencia no requiere una intención maliciosa, sino que se basa en la falta de cuidado y atención debida.

  • Por ejemplo, imagina que una persona decide gastar una broma cruel a un amigo suyo poniéndole una bolsa en la cabeza, él no le quiere matar obviamente, pero si que sabe que hay un pequeño riesgo de que se pueda asfixiar, pero lo ignora y continua, eso es un caso de dolo eventual, pues hay una cierta intencionalidad ya que lo sabía que podía ocurrir.

El principal problema es que nuestra doctrina no se pone de acuerdo con la naturaleza de la imprudencia o culpa, es decir, si debe ser considerada como una especie de delito especial y autónomo lo que se conoce como el delito imprudente o como una forma o grado de culpabilidad en contraposición a la intencionalidad dolosa.

Aunque a nuestro entender nuestro legislador lo ha dejado bastante claro. En el Código Penal, podemos encontrar tanto delitos dolosos como delitos imprudentes, lo que significa que la imprudencia es considerada por nuestro legislador como una forma de culpabilidad.

Más aún si leemos el artículo 10 del Código Penal establece que los delitos o faltas pueden ser dolosos o imprudentes, lo que confirma que la imprudencia se califica como una forma o grado de culpabilidad.

Pero, claro para saber identificar la deberás de aprender cuáles son sus elementos, sigue leyendo y lo descubrirás.

¿Cuáles son los elementos fundamentales que caracterizan la imprudencia?

La imprudencia se compone de diversos elementos esenciales que debemos que tener en cuenta y que tienen que estar para que exista la imprudencia.

En primer lugar, implica una conducta humana, ya sea un acto o una omisión, que no tiene intencionalidad dolosa o maliciosa. En otras palabras, se refiere a una acción realizada sin la debida prudencia y cuidado.

  • Por ejemplo, dejarnos el gas abierto de casa sin querer y que por eso después haya una explosión.

Además, la imprudencia significa romper con un deber objetivo de cuidado ¿Qué es eso? Sencillo, esto significa que la persona tenía tanto la capacidad y la responsabilidad de prever las consecuencias de su conducta y el resultado dañoso que podría surgir. Por ello, si no se realizó esta previsión debido a la negligencia o descuido de la persona, se considerará que se ha infringido el deber objetivo de cuidado.

  • Por ejemplo, imagina que un niño pequeño es el que dejo el gas abierto, pues en este caso el no tenía la capacidad para prevenir las consecuencias, ahora otra cosa serían los padres que pueden haber infringidos ellos el deber.

Otro elemento esencial de la imprudencia es que esta conducta provoca una lesión en un bien jurídico de un tercero, que está protegido por la ley penal. En otras palabras, esto significa que el resultado dañoso debe afectar un interés legalmente protegido, como la vida, la integridad física, la propiedad o la seguridad de otros.

Por último, es obligatorio poder establecer una relación de causalidad entre la acción u omisión voluntaria y el resultado dañoso. Esto implica que la conducta imprudente debe ser la causa directa o indirecta del daño sufrido por otra persona.

  • Por ejemplo, recuerdas el caso del bosque pues imagina que se incendia por otro motivo, por ejemplo, que un pirómano lo incendia, pues ahí tu y tus amigos no habéis cometido delito alguno a pesar de vuestro descuido.

En resumen, la imprudencia en el derecho penal se refiere a la infracción de un deber de cuidado que, por falta de previsión o descuido, produce un resultado dañoso protegido por la ley.

Es importante diferenciarla de la otra gran forma de culpa que es el dolo y entenderla como una forma de culpabilidad.

Y recuerda la imprudencia se compone de una conducta humana sin intención maliciosa, la infracción de un deber objetivo de cuidado, la lesión de un bien jurídico protegido y una relación de causalidad entre la conducta y el resultado dañoso.

¡Continúa leyendo para descubrir la responsabilidad penal por imprudencia y las consecuencias jurídicas asociadas a este tipo de conducta!

La responsabilidad penal por imprudencia y sus tipos

La responsabilidad penal por imprudencia se refiere a la imputación de un delito cometido sin intención maliciosa, pero debido a la falta de cuidado y precaución por parte del autor. Nuestro Código Penal español ha experimentado modificaciones en la clasificación y gravedad de la imprudencia, estableciendo diferentes categorías punibles.

Anteriormente, la gravedad de la imprudencia se dividía en temeraria, simple con infracción de reglamentos y simple sin infracción de normas reglamentarias. Sin embargo, la Ley Orgánica 1/2015 introdujo cambios en esta clasificación, eliminando la categoría de imprudencia leve y estableciendo dos categorías punibles: imprudencia grave e imprudencia menos grave.

¿Pero que es la imprudencia grave? Y ¿a qué se aplica?

En el Código Penal anterior una categoría análoga sería la imprudencia temeraria, hoy en día la imprudencia grave se produce cuando se incumple la norma de cuidado más básica que un ciudadano tiene a su cargo.

La imprudencia grave se aplica actualmente a una multitud de delitos que te dejamos en la lista:

  • Al homicidio (artículo 142 del Código Penal), por ejemplos podemos destacar la Sentencia del Tribunal supremo 421/2020 de 22 Jul. 2020, Rec. 1086/2018 donde en un caso de un accidente de trafico condeno por homicidio imprudente menos grave debido a que “La presencia de una infracción grave de tráfico supone un criterio orientador del carácter menos grave de la imprudencia a efectos penales.”
  • Al aborto imprudente (artículo 146 del Código Penal),
  • A las lesiones imprudentes (artículo 152.1 del Código Penal), que podemos destacar la sentencia del supremo 614/2022 de 22 Jun. 2022, Rec. 3228/2020 que condeno a un policia debido a que “gal realizar pruebas de manejo de armas, incluyó balas reales y efectuó un disparo a una alumna causándole graves lesiones, que le causaron inutilidad. El acusado incumplió su obligación de percatarse que el cargador estaba puesto y el arma quedó preparada para disparar, y fue cuando apuntó hacia delante donde estaba la alumna dentro de su trayectoria.” Se califica como como grave, debido a que es un profesional que incumplió la más elemental exigencia y cuidado
  • a las lesiones al feto (artículo 158 del Código Penal),
  • a la manipulación genética imprudente (artículo 159.2 del Código Penal),
  • a la sustitución de niños por imprudencia (artículo 220.5 del Código Penal),
  • al concurso imprudente (artículo 259.2 del Código Penal),
  • a los daños por imprudencia (artículo 267 del Código Penal),
  • al blanqueo por imprudencia (artículo 301.3 del Código Penal),
  • a los delitos contra los derechos de los trabajadores por imprudencia (artículo 317 del Código Penal),
  • a los daños imprudentes en archivos, registros, museos o patrimonio histórico (artículo 324 del Código Penal),
  • a los delitos imprudentes contra el medio ambiente (artículo 331 del Código Penal),
  • a los delitos imprudentes relativos a la energía nuclear y radiaciones ionizantes (artículo 344 del Código Penal),
  • a los incendios imprudentes (artículo 358 del Código Penal),
  • a los delitos contra la salud pública imprudentes (artículo 367 del Código Penal),
  • a la falsedad por imprudencia (artículo 391 del Código Penal),
  • a la prevaricación judicial imprudente (artículo 447 del Código Penal),
  • a la deslealtad profesional por imprudencia (artículo 467.2 del Código Penal),
  • a los delitos contra los derechos constitucionales por imprudencia (artículo 532 del Código Penal),
  • a la revelación de secretos imprudente (artículo 601 del Código Penal)
  • y a la falta de persecución de determinados delitos por imprudencia (artículo 615 bis.2 del Código Penal).

Por su lado las imprudencias menos graves son aquellas que, aunque no cumplen con las normas de cuidado más básicas, resultan en un daño que se considera menos grave que las imprudencias graves. 

Por otro lado, la imprudencia menos grave se aplica al homicidio (artículo 142.2 del Código Penal) y a las lesiones que requieren tratamiento médico o quirúrgico para su curación (artículo 152.2 del Código Penal).

Estos delitos imprudentes menos graves fueron derogados temporalmente por la Ley Orgánica 1/2015, pero posteriormente fueron reintroducidos por la Ley Orgánica 2/2019.

Estos dos tipos mencionados son los que se castigan. También existe la imprudencia leve, que a partir de la reforma del Código Penal de 2015 se despenalizo. Esto es así porque estas acciones u omisiones, aunque no cumplan con las normas de cuidado más básicas, producen un daño tan insignificante que no necesita ser penalizado.

Aunque, las imprudencias leves pueden acarrear responsabilidad civil según el resultado de la acción u omisión cometida.

Es importante mencionar que la jurisprudencia desempeña un papel fundamental para determinar si la imprudencia es grave, menos grave o leve. Por ejemplo, está la Sentencia del Tribunal Supremo 421/2020, de 22 de julio, Recurso 1086/2018, caso Madrid Arena, es relevante en este aspecto.

O por ejemplo la Sentencia de 23 Abr. 1992, Rec. 3654/1992 sobre el caso del aceite de colza que fue un caso muy sonado, donde debido a una imprudencia temeraria, es decir, grave hoy en día, hubo lesiones y hasta muerte por poner en venta un aceite que no era acto para consumo humano.

Pero si que te podemos dar algunos de los criterios que se usan para diferenciar tipos de imprudencias:

  1. El grado de diligencia que se haya observado en la acción u omisión que desencadenaron el riesgo.
  2. La mayor o menor previsibilidad del resultado.
  3. La mayor o menor gravedad de la infracción del deber de cuidado.

En conclusión, la responsabilidad penal por imprudencia se clasifica en imprudencia grave e imprudencia menos grave, según la gravedad y las circunstancias de cada delito.

La reforma del Código Penal en 2015 y 2019 ha modificado esta clasificación, eliminando la imprudencia leve y estableciendo nuevas categorías punibles. La determinación de la gravedad de la imprudencia se basa en la jurisprudencia y en el análisis de las circunstancias específicas de cada caso.

Ejemplos de imprudencia

Como hacemos en la mayoría de los artículos te dejamos unos ejemplos para que entiendas mejor la imprudencia.


Caso 1

Un conductor que causa un accidente por exceso de velocidad

En un soleado día de verano, Juan Pérez, un conductor experimentado de 35 años, decide salir a dar un paseo en su automóvil. Sin embargo, Juan está apurado y decide conducir a una velocidad excesiva, ignorando las señales de tráfico que indican los límites de velocidad.

Mientras se desplaza a gran velocidad por una carretera, pierde el control de su vehículo y colisiona violentamente contra otro automóvil que se encontraba detenido en un semáforo en rojo.

Este caso representa una imprudencia grave por parte de Juan. En términos de los criterios establecidos, podemos evaluar lo siguiente:

  • Grado de diligencia: Juan no observó la debida diligencia al conducir a una velocidad excesiva y no respetar los límites de velocidad establecidos.
  • Previsibilidad del resultado: Dado su comportamiento temerario, era previsible que conducir a alta velocidad aumentara significativamente el riesgo de un accidente.
  • Gravedad de la infracción del deber de cuidado: La infracción del deber de cuidado es grave debido a la alta velocidad y la violación de las normas de tráfico.

En consecuencia, este caso sería considerado una imprudencia grave, ya que el comportamiento de Juan evidencia una falta significativa de precaución y un alto riesgo de causar daño a los demás. Hasta es posible que parte de la doctrina lo viera como dolo eventual.


Caso 2

Un médico que comete errores durante una cirugía por falta de atención

La Dra. Laura Gómez, una cirujana experimentada, se encuentra realizando una compleja cirugía en un hospital. Sin embargo, ese día la doctora ha tenido una noche de insomnio debido a problemas personales, lo que ha afectado su capacidad de concentración.

Durante la operación, comete varios errores, como cortar un vaso sanguíneo importante y utilizar el instrumento incorrecto para suturar una herida. Lo que causa unas lesiones a su paciente a pesar de que la doctora intento seguir las normas debidas, pero no pudo por su falta de sueño

Este caso ilustra una imprudencia menos grave por parte de la Dra. Laura Gómez. Veamos cómo se aplican los criterios:

  • Grado de diligencia: Aunque la Dra. Gómez es una profesional experimentada, su falta de atención debido al insomnio comprometió su diligencia en la realización de la cirugía.
  • Previsibilidad del resultado: Si bien los errores cometidos no eran previsibles en sí mismos, la falta de atención debido al insomnio aumentó el riesgo de cometer equivocaciones durante la cirugía.
  • Gravedad de la infracción del deber de cuidado: La falta de atención durante una cirugía es una infracción grave del deber de cuidado, aunque en este caso no alcanza el nivel de gravedad máximo.

Por lo tanto, este caso se consideraría una imprudencia menos grave, ya que la falta de atención de la doctora, aunque significativa, no llega a ser tan grave como otros casos de imprudencia, ya que hay un intento de no cumplir con las normas de cuidado pero no lo suficientemente constante.


Caso 3

Un empresario que no proporciona medidas de seguridad adecuadas en el lugar de trabajo

Carlos Martínez es el propietario de una fábrica de productos químicos. A pesar de estar al tanto de los riesgos inherentes a las sustancias que se manejan en su empresa, Carlos no implementa medidas de seguridad adecuadas para proteger a sus empleados.

No proporciona equipos de protección personal, no capacita adecuadamente al personal sobre el manejo seguro de los productos y no realiza inspecciones regulares para identificar posibles riesgos.

En este caso, la imprudencia sería calificada como menos grave para Carlos Martínez. Analicemos los criterios:

  • Grado de diligencia: Carlos ha fallado en observar un nivel adecuado de diligencia al no implementar medidas de seguridad necesarias en su empresa, a pesar de ser consciente de los riesgos.
  • Previsibilidad del resultado: Es previsible que la falta de medidas de seguridad adecuadas aumente el riesgo de accidentes y lesiones laborales.
  • Gravedad de la infracción del deber de cuidado: La falta de proporcionar medidas de seguridad adecuadas en un entorno laboral que involucra sustancias peligrosas constituye una infracción grave del deber de cuidado, pero en este caso, aunque se podría considerar menos grave en comparación con situaciones de mayor riesgo.
  • Por lo tanto, este caso se clasificaría como una imprudencia menos grave, ya que el empresario no cumple con su deber de cuidado al no proporcionar medidas de seguridad adecuadas en el lugar de trabajo, pero la gravedad de la infracción no alcanza el nivel máximo.

Conclusiones

Con esto llegamos al final de este articulo y por ello vamos a recalcarte los puntos centrales.

En el ámbito del derecho penal, la imprudencia juega un papel fundamental al evaluar la responsabilidad de una persona por acciones u omisiones que resulten en daño o peligro para otros.

Hemos explorado conceptos clave relacionados con la imprudencia, como la distinción entre la imprudencia grave y la imprudencia menos grave, así como la despenalización de la imprudencia leve.

La legislación penal ha evolucionado en la clasificación de la imprudencia, pasando de una división tripartita a una categorización en imprudencia grave e imprudencia menos grave. Esta reforma ha tenido implicaciones en delitos como el homicidio imprudente, las lesiones imprudentes y otros delitos donde la imprudencia es un elemento clave.

La comprensión de la imprudencia en el derecho penal es esencial tanto para la formación legal como ética de los profesionales en este campo.

Los abogados, jueces y demás actores del sistema de justicia deben tener claridad sobre los criterios utilizados para evaluar la responsabilidad por imprudencia, considerando factores como el grado de diligencia observado, la previsibilidad del resultado y la gravedad de la infracción del deber de cuidado.

Asimismo, comprender la imprudencia desde una perspectiva ética implica reconocer la importancia de actuar con responsabilidad y cuidado en nuestras acciones diarias.

La imprudencia puede tener consecuencias graves para la seguridad y bienestar de las personas, por lo que es crucial desarrollar una conciencia ética que nos lleve a tomar decisiones prudentes y evitar poner en riesgo la vida y la integridad de los demás.

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Autor

  • Daniel Garcia

    Jurista apasionado del Derecho Público y la Filosofía del Derecho, mi objetivo aquí es acercarte el derecho de forma sencilla y cotidiana

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